El
saxofón, también conocido como
saxófono o simplemente
saxo,
[1] es un
instrumento musical cónico de la familia de los
instrumentos de viento-madera, generalmente hecho de
latón que consta de una
boquilla con una
caña simple al igual que el
clarinete. Fue inventado por
Adolphe Sax a mitad de los
años 1840. El saxofón se asocia comúnmente con la
música popular, la música de
big band y el
jazz. A los intérpretes del instrumento se les llama saxofonistas
[2] o
saxos.
[1]
Es desconocido el origen de la inspiración que le llevó a crear el instrumento, pero la teoría más extendida es que percibiendo las imperfecciones del
clarinete, se dedicó a remediarlas y empezó a concebir la idea de construir un instrumento que tuviera la fuerza de uno de
metal y las cualidades de uno de madera. Después de un intenso trabajo de pruebas y experimentos sobre modificaciones para lograr una mayor calidad de sonido y resolver algunos de los problemas acústicos del clarinete, Sax consiguió crear lo que después se llamó el saxofón.
Contenido
Boquilla
El saxofón usa una
boquilla con una sola caña similar a la del
clarinete, aunque es mayor la del saxofón y posee una cámara interior hueca redonda o cuadrada y es más amplia que la del clarinete. La boquilla del saxofón también carece de la ensambladura cubierta por
corcho que tiene la boquilla del clarinete porque el tudel del saxofón se inserta directamente en la boquilla mientras que esa parte de la boquilla del clarinete es insertada en la parte superior instrumento. La diferencia más importante entre una boquilla de saxofón y una boquilla de clarinete es que la boquilla de saxofón debería entrar en la boca en un
ángulo mucho más inferior o plano que la del clarinete.
Las boquillas están fabricadas en una amplia variedad de materiales, las hay tanto metálicas como no metálicas. Las boquillas no metálicas son normalmente de
ebonita, de plástico o de
caucho duro, a veces de
madera, y raras veces de
cristal, de
porcelana e incluso
hueso. A las boquillas de metal algunos le atribuyen un sonido distintivo, descrito a menudo como "más brillante" que las no metálicas. Algunos músicos creen que las de plástico no producen un buen
timbre. Otros saxofonistas, como el profesor
Larry Teal, afirman que el material tiene poca repercusión en el sonido, si es que tiene alguna, y que son las dimensiones físicas las que le dan a la boquilla su color
tímbrico.
[5]
Las boquillas con una cámara
cóncava son las más cercanas al diseño original de
Adolphe Sax y funcionan muy bien en la interpretación clásica, ya que producen un sonido más suave o menos desgarrador. Por el contrario, en el
jazz y la
música popular los saxofonistas tocan a menudo con cañas normalmente flojas y con boquillas abiertas. Están adecuadas de manera que el
bafle, o "techo", de la misma esté más cercano a la caña, por esa razón se crea un flujo de aire más rápido. Esto produce un sonido más claro que acorta fácilmente las distancias existentes en una
big band o entre instrumentos amplificados. Aunque las aberturas grandes, y el sonido resultante, están comúnmente asociadas con las boquillas metálicas, cualquier boquilla puede tener una. De esta manera se permite una mayor flexibilidad en la afinación, dando cabida a efectos como el
bending, común en el jazz y el
rock. Los intérpretes clásicos por lo general suelen optar por cañas más duras y por una boquilla con una abertura estrecha y un cámara más baja, produciendo un sonido más oscuro y estable (y más
aviolinado).
Fuente de texto:wikipedia